miércoles, 6 de octubre de 2010

Filosofía tiempista,

El tiempo, que determinante tan importante. Una unidad de duración que expresa mucho más que la separación de acontecimientos. Eterno para quienes esperan, y corto para quienes disfrutan del momento. Tiempo piden los corazones rotos para sanar, los amigos para perdonar, las mujeres confundidas para pensar, o el que necesitamos para acostumbrarnos a lo nuevo. Tiempo es el que pide la economía para salir a flote, mientras los niños mueren de hambre a medida que pasan los segundos, o el que no encuentra lugar en el diccionario del medio ambiente.

Todo a nuestro alrededor se rige por el tiempo. Tan sólo si no estuviéramos presos de él, si fuésemos capaces de pararlo, nos sentaríamos a descansar, o a pensar tal vez qué es lo que estamos haciendo mal. Aunque estoy segura de que si fuésemos capaces de volver el tiempo atrás, volveríamos a cometer los mismos errores una y otra vez. Porque somos sus esclavos, pero lo somos consientes.

Es un factor que nos determina como personas. El tiempo que les dedicamos a los amigos. El tiempo que desperdiciamos en lugar de hacer cosas productivas, el que usamos o no en buenas acciones, el que gastamos reflexionando. Tan valioso y tan incontrolable. Sería más fácil si nos levantáramos todos los días con el propósito de disfrutar de cada momento del día, pero estamos muy ocupados en lo que hacemos, lo que no, lo que los otros hacen y dejan de hacer. Estamos enfocados tan erróneamente, que realizamos cosas en pos de un futuro mejor, sin siquiera saber si hay un mañana, y nos estamos perdiendo de lo mejor, de disfrutar el hoy.

Personalmente, prefiero “perder” un poco de tiempo, pero sentarme a tomar unos mates con un viejo amigo, disfrutar de una buena charla, observar un paisaje, leer un libro o escuchar el silencio. Prefiero dedicar mi tiempo a disfrutar de cada segundo, enfrentando la vida con una sonrisa, porque sé que al final del día no voy a ser una víctima más de actos realizados en vano, actos sin sentido, cosas que hicimos por rutina, porque es ella la mejor aliada del reloj. El tiempo corre y a eso no lo podemos cambiar.

martes, 21 de septiembre de 2010

El progresismo argentino.

Hoy quiero compartir con ustedes un fragmento de una nota llamada "Marasmo del progresismo argentino" escrita por Carlos Gabetta que apareció en la última publicación del Le Monde diplomatique que me pareció bastante interesante:

"...el progresismo argentino no encuentra la vía, ni intelectual ni política para analizar como conjunto, apuntando a un armado político transversal, los grandes problemas nacionales e internacionales. Por momentos, da la impresión que siquiera se lo propone. En el gobierno opera el viejo silogismo peronista:
  1. el peronismo es progresista;
  2. todo antiperonista es un reaccionario;
  3. por lo tanto, todo progresista debe adherir necesariamente al peronismo.
Según esta lógica, ningún progresista debería hoy, por ejemplo, reclamar que el sindicalismo se adecente; que la minería, las finanzas y el juego paguen impuestos; una profunda reforma de Estado, o que el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno deje de llevar los guantes de box a sus reuniones de trabajo..."

Por último quiero dejar un saludo a una hermana del alma que cumplió los años ayer. Para ella, mis mejores deseos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Una de grandes..

Como decirte, como contarte, que eres el culpable de esta crisis que se instaló en mi cabeza. Créeme, que sin ti a mi lado tu recuerdo me persigue intentando demostrarme que no existen los amores eternos.

Has de saber, que no he olvidado aquella tarde cuando a la orilla de la chimenea me dijiste: "hay mujeres, pero tú eres más guapa que cualquiera". Y hoy aquí, deseando estar contigo, sumergiéndome donde habita el olvido, me acuerdo de todos aquellos que dijeron que no me merecías. Pero nunca los escuché y gracias a tus mentiras piadosas yo me sentí tu princesa, me sentía de purísima y oro.

Ahora puedo decir que es mentira que nos sobran los motivos para estar juntos, como tantas veces lo dijimos. Después de todo ya nada es lo que era. Nosotros, ya no somos lo que éramos. Aquella extraña pareja que no creían en los amores imposibles y se amaban con locura. Lo nuestro era cuestión de piel. Tomando pastillas para no soñar intento olvidar que hoy somos enemigos íntimos. Cuánto ruido en mi cabeza me aturde diciéndome "no puedes volver atrás"..

Te necesito acá, para decirme que estamos a salvo. Ojalá supiera qué va a ser de mi. Será que últimamente no veo ni un destello de felicidad que estoy empezando a creer que existen los amores que matan.

No reconozco que te hayas ido, que ya no hay un "nosotros". Una vez me dijiste "no estarás sola" y sin embargo, así estoy yo sin ti, sola. Es por ti que hoy vuelvo a caminar por el boulevard de los sueños rotos. Supongo que19 días y 500 noches será lo que tarde en olvidarte, después de todo la noche debilita los corazones...

Los amo genios.

domingo, 29 de agosto de 2010

Intentando ser.

Siempre lo supe. Yo tenía algo que me hacía diferentes a los demás, y no era un don o algo mágico que me hiciera especial. Todo lo contrario.


Mientras todos alrededor mío triunfaban en la vida, en el amor, en el estudio o en el trabajo, y algunos en todo a la vez, yo seguía acá, intentando todo una y otra vez. Rindiendo las materias al menos dos veces para poder aprobarlas, enamorándome y desenamorándome de alguno que no lo merecía, siendo la que nunca tenía suerte, la de las ideas malas, la excepción a la regla, a la que nunca nadie elegía o a quien le costaba todo el doble o hasta el triple más que a los demás. Siempre fui a quién le pasaban las cosas más extrañas. Fui el consuelo de los desolados, la compañía de los locos, la desconsiderada de la familia, o tan solo la incomprendida.


Siempre supe que no era igual a todos. Me han llamado y hecho sentir tantas veces la “oveja negra” que ya me estoy acostumbrando, y hasta puedo decir que me gusta. Simplemente soy una loca que va en contra de todos, una loca que sigue sus sueños aunque no tenga con quien compartirlos. La misma que le grita al mundo que está equivocado, que intenta hacer respetar sus derechos e intenta hacerse escuchar. Soy una oveja negra que confía en sí misma como en nadie, que a pesar de tener que remarla contra la corriente no se da por vencida, tal vez porque va contra sus principios, tal vez por darle la contra a todos.

Pero algún día podré recordar que antes de rendirme, fui una joven promesa.

lunes, 5 de julio de 2010

El mundo está loco.

Después de un tiempo presa entre mis cuatro paredes, decidí recorrer ese mundo. Ese que conquistamos juntos, pero esta vez sola, ya sin vos.
Todo ha cambiado aquí afuera, no lo había notado antes pero está todo muy raro últimamente. Recuerdo cuando lo normal era saludar a la gente, cuando la amabilidad y la cordialidad reinaban. Cuando hacer lo correcto no consistía sólo en no asaltar, violar o asesinar a alguien. Hacer lo correcto era ayudar a quien lo necesitara, ya sea a una persona adulta, un ciego o un niño. Hacer lo correcto era disculparse cuando chocabas con alguien, devolver el vuelto que el kiosquero te daba mal. Los diarios informaban, no criticaban. La televisión educaba, y el chisme y escándalo no encontraban espacio.
El mundo se ha vuelto loco. No entiendo qué le pasa a la gente. La apariencia física parece ser lo principal, y normal es quien usa los métodos más insalubres para conseguir la belleza. La mujer pasó a ser un objeto preciado, la perfección se mide con un tal 90-60-90, y la dignidad parece haber tomado un segundo o tercer plano.
¿Cuándo fue que dejamos de hablar para resolver nuestros problemas? ¿Cuándo fue que permitimos que la violencia se usara para callarnos?, ¿cuándo fue que desapareció la conciencia, aquella con quien arreglábamos las cuentas al finalizar el día? No entiendo porqué no podemos aceptarnos todos como somos, homosexuales y heterosexuales, gordos y flacos, inteligentes y no tanto, fuertes y débiles, jóvenes y viejos, hombres y mujeres.
Estoy harta de prejuicios. Dejaré que me llamen “la loca” por sonreír mientras camino, por cantar alegremente en voz alta, por ceder un asiento o por recoger residuos que no son ni míos. Pero lo haré feliz, porque yo sí me aferro a mis convicciones, porque yo sí respeto mis principios, porque sí canto el himno orgullosa, porque estoy convencida de que algo puedo hacer para cambiar esta historia.

domingo, 27 de junio de 2010

Un último adiós.

Estoy aquí, donde me dejaste hace días tras cerrar la puerta de un portazo. Presa entre pensamientos y sentimientos que no hacen más que traer tu recuerdo a mi mente. Más de mil veces me dijeron que éramos el uno para el otro, y hasta llegue a creérmelo. Fuimos tan felices que no logro entender que fue lo que nos pasó.
Fría y solitaria, recuerdo cuántas promesas hicimos en vano, cuántas mentiras piadosas sin sentido, cuántas veces me abrazaste para que no tuviera miedo o me sostuviste la mano para que no cayera. Cuántas cagadas nos mandamos juntos, cuántas veces pasamos desapercibidos, pero no nos importó, porque tenernos el uno al otro nos daba fuerza para enfrentar la vida. Las carcajadas que compartimos, hoy me persiguen por la casa, y el timbre suena haciéndome creer que volviste por mí. Tu perfume impregnado en la almohada se complota con la foto que sacamos el último San Valentín para recordarme lo felices que fuimos. Sí, fuimos.
Creo que llegó la hora. Nuestro viaje juntos al fin del mundo llegó a su fin, nuestros sueños se han desmoronado, nuestras ilusiones se esfumaron y todo lo nuestro ya no existe. Nosotros ya no existimos. Se borraron las pisadas, se mezclaron los caminos, por el motivo que fuere nuestro destino se empeñó en separarnos. Mientras mi Dios me dice por detrás estas palabras: “Este adiós, no maquilla un hasta luego, este nunca, no esconde un ojalá. Estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse de recibo. Estas vísperas, son las de después. A este ruido, tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón, podrido de latir. Este pez ya no muere por tu boca. Este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran mas por ti”, tomo fuerzas desde donde ya no tengo para decirte… Adiós.

domingo, 20 de junio de 2010

Sin vuelta atrás..

Hace tres días que no paro de pensar y pensar. No paro de hacerme la misma pregunta una y otra vez. Me está matando. Es común que nosotras nos hagamos la cabeza durante una semana con lo mismo sin llegar a una puta conclusión. Por algo, somos mujeres.

Todo empezó cuando alguien, que en este momento no tiene relevancia, me hizo la pregunta que debería haberme hecho hace días. Desde entonces no he parado de preguntármelo a mí misma: ¿hay vuelta atrás? Desde hace tiempo ya, muchos anhelan la posibilidad de volver el tiempo atrás, como dice Ricardo, de “comprar un boleto de regreso al ayer”. Yo, por el contrario, soy una de esas personas que tienen la convicción de que todo lo que pasa, por algo pasa, y de que nada tiene vuelta atrás. Cometemos errores, y a veces llegamos a sentirnos invadidos por el arrepentimiento. Pero ese es nuestro mayor error. Arrepentirnos.

La vida es corta, y si no aprendemos a disfrutarla, llegaremos al final del camino arrepentidos, de haber gastado toda una vida en vano. Por eso, no me arrepiento. De mis errores aprendo, y si tengo que caer mil veces lo haré. Caeré y me levantaré sonriendo. Haré lo que sea, pero siempre para adelante. No miraré atrás, tan sólo porque no tiene sentido. El pasado no se puede cambiar, pero si se puede usar como enseñanza, como experiencia. Hoy aprendo de mis desgracias y de mis cagadas. Después de todo, son nuestros errores quienes marcan nuestro destino.

Fue así, como, después de días de reflexión me di cuenta que no se puede volver atrás. Eso es engañar al corazón.


Algún día les contaré el porque de mis palabras.